jueves, 29 de marzo de 2012


MANUEL RIVERA.
DE GRANADA A NUEVA YORK, 1946-1960.

Rivera destaca por ser uno de los primeros pintores que llegó a ser plenamente abstracto, convirtiendo su trabajo en una reflexión sobre la materia, investigando en las posibilidades del relieve.
De Granada a nueva York, narra cómo se produjo el encuentro del artista con el complejo mundo del arte español e internacional de la época.
En la exposición, encontramos primeramente una selección de pinturas del artista, que podríamos encasillar como las obras realizadas durante el trayecto que el artista recorrió hasta encontrar la línea de su trabajo (mallas metálicas).

                ¿Hay que saber de arte para ir a un museo?



Comenzamos el recorrido por una de sus obras más figurativas, Paisaje (Castillo de Lanjarón)  , de la cual nos dice que trabajó  “ febrilmente” sintiendo gran emoción. En ella contemplamos un virtuoso juego de luces, encontrando en un primer plano el Castillo, sin embargo, no tiene ninguna intención,  no es más que la plasmación del paisaje tal como lo ve, según la interpretación del propio artista. Aún no encontramos una señal del pintor.



El recorrido avanza, con ello, también su evolución, llegando a otro cuadro, en donde ya sí que vemos algo novedoso, algo de Rivera propiamente dicho.

Se trata de la obra Toro Ibérico, 1951, donde nos muestra una clara influencia de Benjamin Palencia. Es inevitable al ver esta obra, no pensar en los bisontes de Altamira. Nos muestra un paisaje plano, jugando con las formas pseudo anatómicas .
Aquí ya vemos una marca propia de Manuel, utiliza un color impropio del animal, un rojo que nos lanza una simbología que puede hacernos referencia a peligro o sangre.







En un periodo de tiempo de 8 años, Rivera nos muestra un gran cambio de estilo en relación a la metodología que sigue al pintar. Se trata de Albaicín 2 y Albaicín 3 , ahora construye a base de planos y combinando los juegos de curvas ¿ qué le ha pasado para que pase de algo tan figurativo a algo más cubista? Sin embargo ¿Sigue siendo figuración o es ya abstracción?
El artista confiesa que se trata de algo figurativo, puesto que parte de la realidad para crear su obra.
El pintor sale y viaja de Granada, lo que le permite ver la obra que se rodea por otros sitios, absorbiendo y revalorizando su propio trabajo, investigando su propio lenguaje. Por esto mismo es por lo que siempre se nos insiste en ver, en educar al ojo artísticamente. 








               Verdaderamente quedé impactada por una de las frases que se mencionó en la galería:
-                                       “ Los artistas del arte contemporáneo no tienen porqué demostrar que saben pintar”.
¿ Es eso cierto? Me reitero mencionando la frase por la que siempre nos codeamos, “ eso lo hago yo , son cuatro tiñajos”. Sin embargo,  algo tendrán para estar colgados en una galería, mientras que nuestros cuadros están apilados detrás del armario.
        Subimos de planta, y con ello cambiamos de tercio de la obra de Rivera, contemplando una evolución      total de su obra, puesto que ya el artista había encontrado su propia línea, su identidad.


     

Con ese cambio radical de materiales, puesto que abandona la pintura por completo, contemplamos una serie de “ collages metálicos” siendo ahora su material por excelencia la malla metálica.


Clasificamos su obra culmen en tres grupos, el primero de ellos conformando tan solo por Composición, 1957, en el cual aún no encontramos una total innovación, puesto que consta de un fondo opaco rojo,  sería entonces como plantear un lienzo y pintar sobre él. Aún mantiene ese punto más pictórico.







En el segundo grupo, sí que hay un fondo de trabajo, aunque formalmente tampoco hay mucha diferencia, simplemente añade el pintar en la malla metálica. Construye el cuadro sobre los bordes que sirven de soporte, uniendo partes de mallas, y esas propias partes forman el cuadro.

Estamos ante un artista que nos dice y exige como exponer su obra, ya que estos cuadros necesitan ser expuestos de tal modo que podamos visualizar a la perfección aquel hueco y vacío, así como el juego de sombras que las mallas nos ofrecen, “ perderían mucho si las pegáramos a la pared”.



Finalmente en el tercer grupo, observamos un giro más de tuerca, un mayor juego visual a través de profundidades de planos. En este caso el efecto de las sombras producen matices. Ahora la red tiene la función de separarnos los planos.
EL tema de la retícula, del cual Rivera parte, y el cual tuvo su impulso en Mondrian, aparece en esta tercera clasificación de su obra. “ Cada cosa tiene que ir en su sitio” , y Rivera es un experto en eso.








Por último, la culminación de su obra, coincidiendo con la planta más alta del centro, reside en aquellas obras en las que el marco desaparece, ahora el cuadro está dentro del marco, ahora la obra está sujeta por alambres que son imprescindibles.
Añade una serie de pivotes que le permite experimentar más ampliamente con la forma, y las posibilidades de esta, explorando también en el factor de las sombras.
Es curioso que a este grupo los titulara, Metamorfosis.

Finalmente termino alagando a un artista, que para mí, tiene su magia en aquel proceso de autoidentificación artística. 

Tenemos que encontrarnos a nosotros mismos, tenemos que encontrar nuestro propio lenguaje y línea de trabajo.







No hay comentarios:

Publicar un comentario