MANUEL RIVERA.
DE GRANADA A NUEVA YORK, 1946-1960.
Rivera destaca por ser uno de los
primeros pintores que llegó a ser plenamente abstracto, convirtiendo su trabajo
en una reflexión sobre la materia, investigando en las posibilidades del
relieve.
De Granada a nueva
York, narra cómo se produjo el encuentro del artista con el complejo mundo
del arte español e internacional de la época.
En la exposición, encontramos primeramente una selección de
pinturas del artista, que podríamos encasillar como las obras realizadas
durante el trayecto que el artista recorrió hasta encontrar la línea de su
trabajo (mallas metálicas).
¿Hay que saber de arte para ir a
un museo?
El recorrido avanza, con ello, también su evolución,
llegando a otro cuadro, en donde ya sí que vemos algo novedoso, algo de Rivera
propiamente dicho.
Se trata de la obra Toro
Ibérico, 1951, donde nos muestra una clara influencia de Benjamin Palencia.
Es inevitable al ver esta obra, no pensar en los bisontes de Altamira. Nos
muestra un paisaje plano, jugando con las formas pseudo anatómicas .
Aquí ya vemos una marca propia de Manuel, utiliza un color
impropio del animal, un rojo que nos lanza una simbología que puede hacernos
referencia a peligro o sangre.
En un periodo de tiempo de 8 años, Rivera nos muestra un
gran cambio de estilo en relación a la metodología que sigue al pintar. Se
trata de Albaicín 2 y Albaicín 3 , ahora construye a base de
planos y combinando los juegos de curvas ¿ qué le ha pasado para que pase de
algo tan figurativo a algo más cubista? Sin embargo ¿Sigue siendo figuración o
es ya abstracción?
El artista confiesa que se trata de algo figurativo, puesto
que parte de la realidad para crear su obra.
El pintor sale y viaja de Granada, lo que le permite ver la
obra que se rodea por otros sitios, absorbiendo y revalorizando su propio
trabajo, investigando su propio lenguaje. Por esto mismo es por lo que siempre
se nos insiste en ver, en educar al ojo artísticamente.
Verdaderamente quedé impactada por una de las frases que se
mencionó en la galería:
- “ Los artistas del arte contemporáneo no tienen
porqué demostrar que saben pintar”.
¿ Es eso cierto? Me reitero
mencionando la frase por la que siempre nos codeamos, “ eso lo hago yo , son cuatro tiñajos”. Sin embargo, algo tendrán para estar colgados en una
galería, mientras que nuestros cuadros están apilados detrás del armario.
Subimos de planta, y con ello cambiamos de tercio de
la obra de Rivera, contemplando una evolución total de su obra, puesto que ya
el artista había encontrado su propia línea, su identidad.
Con ese cambio radical de materiales, puesto que abandona la pintura por completo, contemplamos una serie de “ collages metálicos” siendo ahora su material por excelencia la malla metálica.
Clasificamos su obra culmen en
tres grupos, el primero de ellos conformando tan solo por Composición, 1957, en
el cual aún no encontramos una total innovación, puesto que consta de un fondo
opaco rojo, sería entonces como plantear
un lienzo y pintar sobre él. Aún mantiene ese punto más pictórico.
En el segundo grupo, sí que hay un fondo de
trabajo, aunque formalmente tampoco hay mucha diferencia, simplemente añade el
pintar en la malla metálica. Construye el cuadro sobre los bordes que sirven de
soporte, uniendo partes de mallas, y esas propias partes forman el cuadro.
Estamos ante un artista que nos dice y exige
como exponer su obra, ya que estos cuadros necesitan ser expuestos de tal
modo que podamos visualizar a la perfección aquel hueco y vacío, así como el
juego de sombras que las mallas nos ofrecen, “ perderían mucho si las pegáramos a la pared”.
Finalmente en el tercer grupo, observamos un
giro más de tuerca, un mayor juego visual a través de profundidades de planos.
En este caso el efecto de las sombras producen matices. Ahora la red tiene la
función de separarnos los planos.
EL tema de la retícula, del cual Rivera
parte, y el cual tuvo su impulso en Mondrian, aparece en esta tercera
clasificación de su obra. “ Cada cosa tiene que ir en su sitio” , y Rivera es
un experto en eso.
Por último, la culminación de su obra,
coincidiendo con la planta más alta del centro, reside en aquellas obras en las
que el marco desaparece, ahora el cuadro está dentro del marco, ahora la obra
está sujeta por alambres que son imprescindibles.
Añade una serie de pivotes que le permite
experimentar más ampliamente con la forma, y las posibilidades de esta,
explorando también en el factor de las sombras.
Es curioso que a este grupo los titulara,
Metamorfosis.
Tenemos que encontrarnos a nosotros mismos,
tenemos que encontrar nuestro propio lenguaje y línea de trabajo.
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