sábado, 2 de junio de 2012

JEFF KOONS



“ Artista estadounidense, uno de los autores vivos más cotizados y también más polémicos. Con los años sus creaciones, inicialmente kitsch, han derivado hacia el monumentalismo, como en el caso de Puppy, el perro gigante que preside la entrada del Museo Guggenheim Bilbao.”


Nos encontamos ante un artista que confiesa tener dos lados, el poético, que le viene de tradición materna, y otro artístico, por el lado paterno.
El primer contacto con el arte, precisamente se lo debe a su padre, pues este era decorador de interiores.

Su trabajo es muy peculiar, y los materiales mucho más, pues recurre a veces al chocolate como medio artístico, confesando que le recuerda a las heces, relacionándolo con los excrementos.


Osos de Invierno



Koons nos dice que con esta obra tan solo quería transmitir el amor a los demás, y ayudarles a que encuentren su felicidad.





Por otro lado en su obra Pantera Rosa, rompe con lo anterior para intentar transmitir el sentimiento de culpa por masturbarse, se trata de la culpa y la vergüenza en nuestra cultura. Además utiliza como material la porcelana, un material muy sugerente de sexualidad.





Jeff Koons ha sido tachado como un artista pornográfico, sin embargo a mi juicio él va mucho más allá, tiene la capacidad de reflejar en su obra exactamente lo que nos quiere contar, lo acabamos de ver en las dos obras anteriores, pasa de mostrarnos la dulzura y sensibilidad, a la vergüenza de masturbarse. Koons confiesa que cuando termina de producir su obra se encuentra cerca de la locura.

Es relevante el hecho de su mujer, Jeff se enamora perdidamente de su mujer, pero ella acaba abandonándolo y marchándose con su hija, es entonces cuando el artista empieza a meter sus experiencias personales en su obra, de ahí que haga obras relacionadas con la eternidad, con envejecer juntos. 
Para él su obra siempre parte de aceptar nuestro pasado, por eso sigue incluyendo a su mujer.
Sin embargo, tras la separación, su esposa lo acusa como artista pornográfico, y elimina y destruye toda su obra, es entonces cuando el artista empieza a pensar que ya no es capaz de hacer un mundo mejor.

Con respecto a la huida con su hijo, Koons como padre, hace un obra para poder educar a su hijo desde la distancia, y para hacerle ver que no se olvida de él. Se trata de La celebración, siempre celebraría la llegada de su hijo a casa. Era una injusticia y al único sitio al que se podía agarrar era al arte.



El Perro Globo

 Es una obra feliz, pero al mismo tiempo actúa como caballo de Toya, pues no sabemos lo que puede haber dentro.







Puppy
Todas las limitaciones, los complejos, las dudas se caen al contemplar esta obra hecha de flores.
Él pretendía que El cachorro funcionara como una iglesia.



No obstante, después de contemplar la grandiosidad de las obras de Koons, me pregunto algo ¿ Es realmente la obra de Koons?, puesto que se trata de piezas a gran escala que requieren del trabajo de cientos de personas a su disposición, entonces, él se limita a mandar, y finalmente tiene su obra sin haberse manchado las manos.
Cuenta con un gran equipo que hacen real las obras del artista, cierto es que la idea sí que proviene de él, pero sin embargo, la idea si se queda ahí no vale para nada, es obra, entonces, ¿ Sería realmente una obra propia si él mismo también la ejecutara?
No sé dónde está el grado o la línea que delimita justamente esto, como ya digo, sin idea no hay obra, pero sin que alguien haga la obra no vale para nada la idea.


JEFF KOONS / MARKUS LÜPERZ


Después de visualizar ambos videos sobre cada artista, puedo compararlos obteniendo dos personalidades totalmente radicales.
El primero no hace la obra, sino que trabaja en digital y manda a hacerlas a su equipo de trabajo. Aquí aparece la ausencia de la mano del autor.
Koons mete en su trabajo lo cotidiano, metiéndose en su cotidianidad.

Por el contrario, Lüperz tenía un apego con la técnica tradicional.
En él sí está la mano del autor, veíamos en el vídeo como se desesperaba mientras producía su obra.
ÉL busca forma puras abstractas.


Finalmente, ambos artistas están dotados de una señal muy personal, y al fin y al cabo, eso es lo que cuenta.






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